Mi abuelo también llamado Vicente, comenzó en el oficio dada su enorme afición por los arreos y carros antiguos. Mi padre Rafael, siguió sus pasos y se convirtió en todo un maestro. Ahora yo, Vicente Rodríguez, tercera generación de una familia de guarnicioneros, soy quien presta sus manos a la artesana fabricación de monturas vaqueras, guarniciones y frenerías.
La faena en esta guarnicionería entra en su momento más álgido a partir de enero, cuando los más previsores realizan sus encargos para la Feria y el Rocío. Con aguja e hilo en mano, de lino, cáñamo y últimamente fibra embadurnada con cera virgen para darle dureza, culminamos cada jornada tras dedicarle más de diez horas de trabajo. En tan solo diez días, convertimos el cuero natural en una recia y robusta silla de montar.
Como en todo, existen tendencias y las monturas, antes moteadas y grabadas con iniciales, son lisas al uso de los concursos de doma vaquera y, en vez de zahones, cada vez proliferan más las polainas, pero aquí en la Guarnicionería Vicente Rodríguez solo nos adaptamos al gusto de nuestros clientes.
En la guarnicionería, mediante fabricación propia, se hacen todo tipo de artículos en piel a medida. Esta fabricación se complementa además con la venta de calzados de artesanía, todo tipo de complementos en piel (bolsos, cinturones..), artículos de caza y todo en artículos de equitación.